Buscando Espontaneidad
renzoarbocco@gmail.com
jueves, 12 de noviembre de 2009
Don't Look Back In Anger
Eran alrededor de las diez de la noche – quizás un poco más tarde- cuando él salió al escenario. Habían tomado una breve pausa y la gente impaciente seguía coreando sus canciones. El grupo se había quedado entre bastidores y el único que tomaba el micrófono, esa noche, a esa hora, en el Estadio Nacional, era él.
Su inglés británico y el eco del micrófono hacían casi inentendible sus palabras, pero precisamente en ese momento pudimos- o al menos yo pude- entender perfectamente lo que dijo. “¿Tienen ganas de cantar conmigo?”. La gente sólo atinó a gritar y levantar los brazos mientras él rasgueaba su guitarra acústica, como probando si todo iría a sonar bien.
Empezó con Do, cambió a Fa y así otra vez, para luego acercarse al micrófono, y casi besándolo contarnos la historia de una chica – que según sus propias declaraciones- nunca conoció. Yo, mientras tanto cantaba con él, con el estadio entero y extendiendo los brazos, con las luces de los encendedores, de las cámaras, de los celulares, todos repetíamos “…so Sally can wait she knows it’s to late and I’m walking on by…”.
No lo podía creer, la canción tenía algo mágico, no entendía qué era, pero me permitía imaginar a un chico y una chica, que habían crecido juntos, que habían compartido todo y la madurez, los años y las distancias los ponía en vilo con respecto al futuro de ambos, pero aún así ella le decía “no mires atrás”.
Pero la canción tenía algo más. Quien cantaba se había auto permitido tomar una frase de John Lennon-quizás el más grande de todos- y ese jueves por la noche en el Estadio Nacional la podía escuchar, como si hurtar jamás hubiera sonado tan bien, “…so I start a revolution from my bed, cause you said the brain I had went to my head…”. Realmente, nunca había sonado tan bien.
Y es que él seguía cantando, yo también lo seguía haciendo, y el cielo se regocijaba al escuchar a tantas almas entonando juntas “…but don’t look back in anger, don’t look back in anger, I heard you say…”.
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