Mi amor por ti era como una uva,
pequeña, redonda y casi insignificante.
Tuve miedo de amarte, por lo que la arrojé al suelo
y la pisé con todas mis fuerzas.
Pero de la uva salió su sangre,
y su sangre se volvió vino,
y el vino lo bebí, lo bebí y lo bebí.
Y lo que era vino, que antes era uva,
y lo que era uva, que antes era amor,
se convirtió en un amor grande, en un amor inmenso,
en un amor insaciable.
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