Le devolvería a Dios las noches que me quedan por vivir
si me diera tan solo una noche contigo.
Pero ojo, no las cambio por un segundo, un minuto
o solo por un beso.
Las cambio por una noche entera; y solo a tu lado.
Esta solicitud no se la remito al ya conocido Lucifer,
sino que la exhorto a Dios, para que lo cumpla
como si fuera el deseo de solo un niño.
Si se me obliga a cumplir términos y condiciones por mi pedido,
los acepto desde ya, sin leer ni protestar.
Inclusive los autorizo a considerar estas palabras como la estampa de mi firma en donde quieran.
Pero eso sí, si en esa noche contigo no puedo besarte,
olerte o inclusive me veo vetado de acariciarte,
rescindo cualquier acuerdo que haya suscrito,
esperando que se me restituya a la brevedad mis noches entregadas,
las cuales me seguirán pasando hasta tener una, de noche, contigo, a mi lado.
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