Sobre mi cuerpo no llevo una cabeza,
No llevo dos manos,
Y ni siquiera llevo mis orejas.
Mis ojos han desaparecido,
Y mis pies nadie los encuentra,
Y cada pelo de mi cabello castaño
Ha sido trasplantado a unos cuantos tontos.
Las nalgas, nunca las tuve;
la nariz, desapareció;
y mi boca, sin dejar nota alguna se esfumó.
Y es que no me acompañan mis huesos,
mis dientes o mi piel.
Solo viene conmigo el corazón,
Que vigoroso, latente, y del tamaño de un puño,
Intenta hacerte entender lo que ninguna otra parte de mi cuerpo podría;
Que cada latir en el fondo de mi pecho te pertenece tan solo a ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario