Te bajo una estrella
Que arde y está infinitamente lejos.
Te la entrego con la ilusión más que con las manos
(Porque te amo);
Y tú, te cagas en eso.
Escribo en el firmamento,
Como dogma de fe,
Que eres la mujer más bella del universo.
Tú lo lees, la gente te lo dice
(Todos lo reconocen);
Y tú, te cagas en eso.
Mi corazón camina sin pies hasta tus manos,
Se posa ahí, como un bichito raro,
Y yo te permito que juegues con él,
Que lo aprietes, que lo beses, que lo pongas en tu aparador,
Te olvides de él, luego te acuerdes,
Lo regales o si es necesario lo vendas
(Inclusive te permito romperlo, sin compromiso);
Y tú, te cagas en eso.
Y es que mi reina,
Por amor a ti mis ganas se sientan en una silla,
Mis manos toman un lápiz sin cabeza,
Mi mente engendra como vientre este poema
Que quizás mañana estará en tus manos
(También como un bichito raro);
Y tú, seguro, te cagarás en él.
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