¿Quién
soy? ¿El constructor o lo construido?
¿Los
dos, o un poco de ambos?
No sé.
En serio no lo sé.
¿Y qué
ven los demás de mí?
¿Al
artista o a la pintura?
¿Al
creador o a lo creado?
Sartre
me dirá seguro que soy lo que hago,
Que-soy-lo-que-hago.
Entonces,
seré para todos la pintura que pinte,
El
edificio que construya,
El
avioncito de papel que mis manos arrojen al viento.
Nadie
conocerá la mano que lo empuje,
Los
brazos que lo labren,
Los ojos
que lo miren alejarse,
Todo yo
me quedaré quieto, viéndome a mí mismo alejarme.
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