Ella cierra la puerta al salir y te deja solo
en la habitación con esa noticia que parece un elefante en enfrente de tu cama.
Tú sigues sentado allí, sobre las sábanas tendidas que huelen a lavanda y con
las manos apoyadas sobre el suave colchón. Te pones de pie y escuchas que
todavía personas discuten detrás de la puerta. Te acercas a la mesa de noche y
ves tu propio reflejo en el espejo. En él, luces gris y desencajado, los
parpados inflamados y la boca semi-abierta, como un tragaluz de tu corazón. El
cajón del lado derecho de la mesa de noche aparece en la sala a medida que tú
lo abres. Adentro espera quieto el revólver que alguna vez fue de tu padre, y a
su lado una caja con doce balas. Cargas el arma y cierras el taburete de acero.
Los vellos de tu mano caliente que sostiene el frío revólver se encrespan
mientras unes la pistola contra tu sien. Luego de unos segundos los papeles se
invierten; el elefante en medio de la habitación cae tendido sobre el suelo.
2 comentarios:
bam bam bam!
Mmm... Esta interesante, tambien podrias escribir algo con finales felices o abiertos... Que deje a la imaginacion volar n.n
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